lunes, enero 04, 2010

Lo que sangra


La última vez que fue tocado su cuerpo fue sobre una plancha médica frente a más de veinte especialistas: abcesos, nódulos. Un caso complicado que se sirvió en la mesa.
Quizá sería necesaria una cirugía o mayor medicación, todo lo que desestabilice el sistema inmune, lo decidirán mientras esperan respuesta y quizá la hallen repuesta.
Hace meses que ese cuerpo está rotulado con tatuajes, ni tribales ni heridas de guerra, sólo con úlceras, biopsias y costuritas que incomodan antes que cedan al dolor. Ese cuerpo ha sangrado más entre suturas que por su condición femenina.
Hace tiempo que no ha permitido aproximarse a alguno, ni palabras al oído, ni rozarse con calor distinto ni piel ajena.
Su cuerpo no sabe -o no quiere saber- quién podrá pensarle, mucho menos desearle detrás de las pústulas que no encuentran fin.
Apenan, cancelan, clausuran.
La espera, la respuesta y el tratamiento han sido largos, pero no funcionan. Sobre la plancha no hay mucho que se concrete. Aguarda.
El cónclave médico expira y la chimenea blanca exhala una esperanza momentánea tan dulce, que se transforma en algodón de azucar: no es nada. Las palabras se desvanecen al primer toque de saliva. Medio torso desnudo, ámpulas, cicatrices, dolor, pero no es nada.
La mente es poderosa y el cuerpo muy débil, hasta hoy no hay respuesta a lo que sangra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario