martes, marzo 17, 2009

Sin título

Tinta amarga, infinita
coágulo en la garganta
vuelto dolor, desesperanza.

No alcanzaste a percibir
el halo ultravioleta
de las mariposas.

No pudiste subir
una vez más al puente,
ya no mirabas nada.

Era de noche, era tu noche
precipitándote al abismo,
adelantándote al silencio.

Tu mundo interior
trastornado en miseria exterior
de un alma en crisis.

Me duele hoy tu paso viejo.
Me duele también tu cansancio
y más aún tu partida.

domingo, marzo 15, 2009

Carta a mi mejor amiga (AY)


Fue tu honestidad la que me hizo elegirte mi hermana por todo lo que no callaste. Y cuánto me costó lo justo, no sólo el amor, sino aquello que cada uno merece, el valor de quien ha perseverado, el regalo a quien merece afecto.
Hoy no sé dónde estás y te encuentro en un mismo dolor; no sé dónde porque este laberinto de lágrimas también nubla mis ojos y camino a ciegas con las manos. No puedo creerlo, aún en este meteoro y tras la ceguera invasiva eres la flor que ilumina el paso, la más noble y cristalina, iluminada y bella.
Elegimos ser este par que se mantiene en pie y optamos por no fallarle a la vida, el viento nos eligió para permanecer hasta que no cambie el norte. Tomamos la mejor decisión: abrimos el libro para que otros escriban en él, y cuando se agota la tinta reponemos el tintero; cuando se llenan las hojas, un nuevo libro. Así somos las personas.
Elegimos ser hermanas y autoras, amigas y escritoras en textos ajenos, coautoras con otros y en algunos sitios Et.Al. Sabíamos de antemano que los libros difieren en extensión y género: poesía, ensayo, tratado; algunos terminan pronto y ello no resta belleza o intensidad. Eso es lo justo, y me lo enseñaste tú.
Este es un capítulo complicado. Es el capítulo que el destino se encargó de escribir cifrado, y requerimos traductor para entender estas palabras tatuadas en hojas vírgenes. Palabras que lastiman como navajas sobre papel cebolla cortando el himen del dolor fúnebre. Te elegí y este capítulo es similar en nuestras historias aunque no simultáneo. Se registra con el mismo autor en la propiedad intelectual, quien también nos eligió para tatuar su piel.
Esta vez no es un simulacro nuestro pesar ni metáforas de poeta (ojalá todo fuera poesía). Irrevocablemente es la ausencia y me duele por partida doble: el corazón llora mi dolor y llora el tuyo, que eres la mejor persona en mi vida.
No todos los días se cierra un libro primigenio.

Izcuauhtzin Nahualli


Se apagó el reloj, esta vez no moja mis pies
No me recuerda nada, no me dice nada.
Irrevocablemente afirma que el tiempo
se ha agotado.
Lo hice una vez, entré en tu piel.
Me sentí ilimitada al conocer a través de tus ojos,
En tus manos, en tu boca con toda la juventud.
Me reconocí ajena a mi casa,
tendiente a tu sacrificio en el puente de Metlac.

Conocí el rojo, el negro, el tabaco; y si no fui yo,
¿quién encontró tu alma?
El camino del deseo comenzaba montando relámpagos de acero, confrontando tormentas.
¿Cómo es que regresaste a mi? ¿Cómo de esta manera?
Merecíamos cuando menos unas pocas palabras
después de asestados los años, merecíamos la paz.

Siempre a media luz en el punto del encuentro:
Vía caótica, puente sereno, palabras elocuentes y grises.
Animo descarnado.
Dame sólo un segundo, regresa que he jurado no rogar,
concédenos la calma distante por lo que fue la vida,
una segunda oportunidad por cada acierto, prueba y error.
No tortures a la niebla en flor que destilamos linfa,
abrumaste nuestra razón. Mi corazón.

Decretaste el principio del fin.

El jardín de los olivos

No puedo pedirle que vuelva
Reacomodamos el pasado desde el instante en que nos perdimos,
esta reacción parece una mala broma de lo que no debimos repetir.
Me sobrepasa la angustia al notar que ya no le corresponde este lugar;
tampoco mis brazos son los adecuados ni sus labios me son favorables,
esta ilusión es irreal.
Alguien por favor que me diga cómo volver a acercarme a cada sueño,
cómo invocarlo cuando he reservado en mi alma tanto dolor, tanto rencor.
cómo reclamar su presencia cuando en el presente lo desconozco.
Quiero volver a soñar y ser sus sueños. Quiero que despierte y me necesite.
Que recuerde, que viva, que sueñe, que ame a quien más anhele,
pero por Dios, que no duerma una noche más en mi jardín de muertos.
Cómo puedo pedirle a la vida que vuelva.