lunes, enero 04, 2010
Como una espada
¿Cómo repone ese dios este daño con el que te hizo llegar descalza a la ciudad?
caminas a lo largo de canales con los pies rotos, la mente inquieta yla sonrisa escamada.
En momentos de lucidez lo sabes y lo expones: no pedí ser esto; y si no hay más vida que esta ¿Quién corrige el error que desbarató tu razón?
Pides perdón y das la vuelta, corres... ¿A quién pides perdón? desvanecida de cansancio tras ese extrño designio que te mantiene desgastada, completamente extenuada, me pregunto ¿cómo es que puedes liberar todas tus aves al mismo tiempo?
No pidas más perdón, eres una buena mujer -como todas-, con un pequeño desajuste que la naturaleza se negó a enmendar, ya no mendigues más por una utópica cura, ya no la hay.
A quién le rezas si nadie escucha, no hay dios.
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