martes, septiembre 08, 2009

Se me nota la escuela de gobierno

No tengo nada que hacer aquí.
No estoy de acuerdo.

Qué hacer con mi México lindo y querido a pocos meses de la celebración del bicentenario -con todo y sus obras viales-. Que carajos festejar primero: ¿el nuevo impuesto contra la pobreza? ¿La desaparición de la Secretaría de Turismo junto con otras dos? ¿o la destitución de la diputada mazahua?
Sigamos confiando en la fase petrolera y en retomar la plata por moneda, total, son recursos renovables ¿O no? Lo siento, es que fui a escuela de gobierno y mis últimos libros se hundieron junto con la mujer de la inundación del domingo pasado.
Se me escaparon seis muchachitos que secuestraban a hijos de empresarios, es una pena, pero también esas penas se hunden en la nueva cantina del whisky de 2 mil pesos, aunque junte contadas moneditas al final.
Con todo y todo, aprendí cantidad de datos necesarios y leí muuuchos libors de consulta, supe lo que era un algoritmo y la investigación de campo; también contengo cantidad de datos innecesarios en mi generación de conejillos de indias pero... ¡¿eliminar la conquista española?! que cosa curiosa, soy Ortega y mi mejor amiga Barranco, aún conozco algunos Tlatoani, a los cuales sólo les queda el apellido, conozco gachupines bienvenidos en el exilio y a los que al final de mis días universitarios me guiàron. Es raro pensar que no haya ninguno.
No basta hacer, no basta dejar de hacer.
No sé qué hago aquí.

Al final del día soy la misma y con todo y la pena, ¡a bailar!