Tinta amarga, infinita
coágulo en la garganta
vuelto dolor, desesperanza.
No alcanzaste a percibir
el halo ultravioleta
de las mariposas.
No pudiste subir
una vez más al puente,
ya no mirabas nada.
Era de noche, era tu noche
precipitándote al abismo,
adelantándote al silencio.
Tu mundo interior
trastornado en miseria exterior
de un alma en crisis.
Me duele hoy tu paso viejo.
Me duele también tu cansancio
y más aún tu partida.
CUANDO LLEGÓ A LO ALTO
ResponderEliminarSU SUEÑO PRECISO DE QUE NOSOTRO NO ESTUVIERAMOS PRESENTES
AHORA COMIENZA
SU NO TIEMPO
DUELE
PERO LO JUSTO ES RECORDARLO UN POCO MENOS
HASTA QUE LO BUENO
QUEDE FRENTE A LA CAÍDA
NOS QUEDA SU FUERZA
Y SU DISTANCIA
NOS QUEDA SU BRILLO QUE NOS CAMBIÓ A TODOS
QUIENES LO CONOCIMOS